Taxonomía social de la UE: ¿Qué significa para su empresa?
¿Qué es la taxonomía social de la UE?
La taxonomía social de la UE es una propuesta de reglamento de la UE que tendría como objetivo establecer una lista de actividades socialmente sostenibles con una estructura similar al actual entorno legislativo de la UE sobre finanzas sostenibles y gobernanza sostenible.
La taxonomía de la UE para las finanzas sostenibles entró en su primer período de presentación de informes este año. Establece la obligación de las empresas de informar sobre sus actividades económicas y su desempeño en función de los criterios técnicos de selección para evaluar su grado de ecología. La taxonomía de la UE abarca la mayoría de las industrias. Por ejemplo, con el marco se puede calcular sostenibilidad de la energía solar, o cómo fabricación de plástico está en tu empresa, o puedes usar Taxonomía agrícola de la UE.
Ahora, la UE está discutiendo ampliar la taxonomía para cubrir más ampliamente la «S» y la «E» en ESG (, mediante la creación de una taxonomía social europea). El objetivo es crear una mayor transparencia sobre los aspectos sociales de la sostenibilidad, dirigir los flujos de capital a actividades que se desarrollen respetando los derechos humanos y apoyar los flujos de capital hacia inversiones que mejoren las condiciones de vida y de trabajo.
La taxonomía social aún está en desarrollo. La Plataforma sobre Finanzas Sostenibles acaba de publicar un informe muy esperado en el que se detalla cómo podría funcionar en la práctica una taxonomía social y los conceptos clave que deben desarrollarse.
Este artículo expone la visión general de la taxonomía social de la UE y los motivos de su ampliación antes de ahondar en los detalles del último informe y analizar las principales conclusiones. Esto incluye analizar la estructura propuesta de la taxonomía social, sus objetivos y su interacción con la legislación vigente, y exponer un ejemplo de cómo podría ser una actividad social en la práctica.
Esperamos que disfrute leyendo este resumen de taxonomía social de la UE.
Antecedentes y demanda de una taxonomía social
La escala de inversión necesaria para la mitigación y adaptación al cambio climático es bien conocida. Sin embargo, a esto se suma la enorme necesidad de invertir en la sostenibilidad social. El informe sobre empleo y desarrollo social en Europa 2020 destaca la necesidad más urgente de inversión social de Europa: la reducción de la pobreza. El 24% de la población en edad de trabajar de la UE se ha encontrado por debajo del umbral de riesgo de pobreza durante los últimos 4 años. El informe también señala la necesidad de invertir en otras áreas, como el desarrollo de las habilidades de los trabajadores, la vivienda asequible y la educación.
La creciente demanda de bonos sociales para financiar viviendas sociales, atención médica y empleos indica que los inversores también ven las inversiones sociales como una oportunidad y demuestra que el capital puede orientarse hacia actividades socialmente valiosas.
Sin embargo, los inversores corren el riesgo de verse asociados con violaciones de los derechos humanos si se descuidan los factores sociales en sus actividades de inversión. Mientras que la taxonomía verde tiene como objetivo combatir el «lavado verde», la taxonomía social tiene como objetivo combatir el «lavado social». En la actualidad hay una falta de claridad sobre lo que constituye una inversión social. Para dirigir el capital a actividades socialmente valiosas, es importante definir claramente qué constituye una inversión social responsable.
Un estudio sobre la divergencia de las calificaciones ESG demostró que las categorías de derechos humanos y seguridad de los productos, ambas cuestiones sociales, son categorías en las que las desviaciones medidas en los resultados de las calificaciones son particularmente pronunciadas. En 2019, BNP Paribas llevó a cabo una encuesta mundial en materia de ESG y descubrió que el 46% de los inversores encuestados (un total de 347 inversores institucionales) consideraban que el aspecto social de los criterios ESG era el más difícil de analizar e integrar en sus estrategias de inversión.
La UE pretende abordar esta falta de claridad adoptando el mismo enfoque que la taxonomía de la UE sobre finanzas sostenibles: creando una taxonomía social. Una taxonomía social: dirigiría los flujos de capital hacia actividades que operen respetando los derechos humanos y apoyaría los flujos de capital hacia inversiones que mejoren las condiciones de vida y de trabajo. La taxonomía ambiental tiene como objetivo proporcionar orientación a los inversores sobre qué actividades son ambientalmente sostenibles. La taxonomía social tendrá como objetivo hacer lo mismo con las actividades sociales.
Objetivos de taxonomía social
El concepto y el marco de una taxonomía social se han desarrollado junto con la taxonomía ambiental. La Plataforma sobre Finanzas Sostenibles acaba de publicar su informe final sobre la taxonomía social. En este informe, la Plataforma propone una estructura para una taxonomía social que permita alcanzar los objetivos sociales de la UE. La taxonomía social se formará sobre la base de los documentos existentes de la UE, incluidos el pilar europeo de derechos sociales y el plan de acción, la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE y el Convenio Europeo de Derechos Humanos, junto con otros documentos de importancia internacional, como la Declaración Universal de Derechos Humanos y las directrices de la OCDE para empresas multinacionales.
La taxonomía social se está desarrollando junto con otras leyes clave, como la propuesta Directiva de la UE sobre informes de sostenibilidad corporativa (CSRD), el Reglamento de divulgación de información financiera sostenible y la iniciativa de gobierno corporativo sostenible (SCG).
Una taxonomía social debería «dejar en claro las oportunidades para que los inversores contribuyan a esta agenda europea para la convergencia al alza de las condiciones de trabajo y de vida de todos los europeos». También debería posicionar a la UE como «una entidad que establece normas y está a la vanguardia en la aplicación de agendas globales como los ODS».
Si bien la taxonomía social aún está en desarrollo, este informe brinda información útil sobre los próximos requisitos de presentación de informes. Uno de los requisitos básicos de la taxonomía social es que las empresas deben realizar análisis con la debida diligencia tanto de sus propias actividades como de sus proveedores. Con el creciente interés de los inversores y los consumidores, adelantarse a los futuros requisitos de presentación de informes en materia social, de gobernanza y de diligencia debida proporcionará una serie de beneficios a las empresas.
Por ahora, estas son las recomendaciones sobre cómo hacer un informe de taxonomía de la UE que cumpla con los requisitos reglamentarios.
Estructura y contenido de la taxonomía social
Lo más probable es que la taxonomía social siga el mismo enfoque y estructura que la taxonomía ambiental. Sin embargo, habrá algunas diferencias.
La Plataforma consideró dos diferencias principales entre una taxonomía social y una taxonomía ambiental:
- Si bien la mayoría de las actividades económicas tienen un impacto perjudicial en el medio ambiente, la mayoría de las actividades económicas, como la creación de empleos decentes, el pago de impuestos y la producción de bienes y servicios socialmente beneficiosos, pueden considerarse intrínsecamente beneficiosas para la sociedad. Al crear una taxonomía social, hay que hacer una distinción entre los beneficios inherentes y los beneficios sociales adicionales que contribuyen directamente a la realización de los derechos humanos, como la mejora del acceso a una atención médica de calidad o la garantía de empleos decentes.
- Si bien los objetivos y criterios ambientales pueden basarse en la ciencia, una taxonomía social debe basarse en estándares internacionales autorizados de relevancia temática, como la Carta Internacional de Derechos Humanos.
Teniendo en cuenta estas diferencias, la Plataforma ha sugerido que la taxonomía social debería adoptar los siguientes aspectos estructurales de la taxonomía ambiental:
- El desarrollo de los objetivos sociales de la taxonomía de la UE
- Tipos de contribuciones sustanciales
- Criterios de no causar daño significativo
- Garantías mínimas (ambientales)
Sin embargo, la taxonomía social requerirá algunos cambios en estas estructuras, ya que, por su naturaleza, sería difícil ceñirse estrictamente al enfoque científico utilizado en la taxonomía ambiental.
La taxonomía social debe contener subobjetivos que detallen los diferentes aspectos de los tres objetivos sociales propuestos. Los objetivos deben basarse en el tipo de partes interesadas a las que pueden afectar las actividades económicas. La Plataforma propone que los objetivos se basen en: (i) la propia fuerza laboral de la entidad (incluidos los trabajadores de la cadena de valor); (ii) los usuarios finales/consumidores; y (iii) las comunidades afectadas (directamente o a través de la cadena de valor).
La estructura propuesta de la taxonomía social, por lo tanto, consta de tres objetivos, cada uno de los cuales se dirige a un grupo diferente de partes interesadas:
- trabajo decente (incluso para los trabajadores de la cadena de valor);
- niveles de vida y bienestar adecuados para los usuarios finales;
- comunidades y sociedades inclusivas y sostenibles.
Estos objetivos también tendrán subobjetivos para garantizar que se aborden los aspectos específicos de estos objetivos. Estos aspectos incluyen: la salud y la seguridad; la atención médica; la vivienda; los salarios; la no discriminación; la salud del consumidor; y los medios de vida de las comunidades.
La Plataforma también ha sugerido que la taxonomía social debería reconocer los diferentes tipos de contribuciones sustanciales. Esto incluiría contribuciones sustanciales que se centren en los beneficios sociales adicionales inherentes a la actividad en sí misma; contribuciones sustanciales que se centren en evitar y abordar los impactos negativos en los trabajadores, los consumidores y las comunidades; y contribuciones sustanciales en actividades de apoyo que permitan que otras actividades proporcionen beneficios sociales.
La taxonomía social también seguirá el principio de «no causar daño significativo» para garantizar que cuando una actividad contribuye a uno de los objetivos sociales no perjudica a los demás. Estos criterios estarán vinculados, en su mayor parte, a la actividad. Cuando no puedan vincularse a la actividad, sino que deban estar vinculados a la entidad económica (es decir, a la propia empresa/empresa y no a una actividad económica concreta socialmente sostenible) (por ejemplo, «una política fiscal transparente y no agresiva»), se emplearán salvaguardias mínimas para evitar incoherencias.
Interacción con la taxonomía ambiental
Un área que aún está en discusión es exactamente cómo deberían interactuar la taxonomía social y la taxonomía ambiental. La principal preocupación a la hora de encontrar una manera de que las taxonomías interactúen es evitar una «carrera hacia el abismo» de las normas. Por ejemplo, si solo se requiere que cumpla los requisitos de una de las taxonomías para ser clasificada como sostenible, esto podría significar que una empresa que cumpla con los estándares de taxonomía social podría considerarse sostenible aunque no cumpla ningún criterio ambiental.
Una sugerencia para evitar esto es que, de la misma manera que las salvaguardias mínimas relacionadas con la sociedad y la gobernanza (las directrices de la UNGP y la OCDE) forman parte de la taxonomía ambiental, las salvaguardias ambientales mínimas deberían formar parte de la futura taxonomía social. Estas podrían incluir, por ejemplo, las líneas de la parte ambiental de las directrices de la OCDE para empresas multinacionales (EMN).
La otra sugerencia del informe de la Plataforma es integrar más estrechamente la taxonomía social y ambiental. Esto podría incluir que los criterios ambientales y sociales que no causan daños significativos sean válidos tanto para el aspecto social como para el ambiental. Queda por decidir exactamente cómo interactuarán los criterios, pero está claro que este es un aspecto importante a la hora de introducir una taxonomía social junto con la taxonomía ambiental.
Ejemplos de cómo se podrían aplicar los objetivos
Un ejemplo de cómo podrían estructurarse estas actividades es el informe de la Plataforma sobre el objetivo «niveles de vida y bienestar adecuados para los usuarios finales», con el subobjetivo de acceso a la vivienda.
Si bien los estándares y aún los criterios están muy poco desarrollados, el ejemplo muestra cómo se podrían estructurar las actividades para la taxonomía social después de una contribución sustancial y sin causar un daño significativo.
Próximos pasos
La Plataforma establece los cinco próximos pasos en el cronograma de desarrollo de la taxonomía social de la UE de la siguiente manera:
- aclarar las salvaguardias mínimas
- realizar un estudio sobre los impactos de una taxonomía social considerando diferentes opciones de aplicación y diseños;
- elaborar una justificación para priorizar los objetivos y subobjetivos;
- priorizar los objetivos de acuerdo con la justificación;
- define los criterios de contribución sustancial y de DNSH para los primeros objetivos y sectores.
Si bien la taxonomía social aún está en desarrollo, muchos de los conceptos explorados también son relevantes para la próxima CSRD, la Directiva de diligencia debida y las salvaguardias sociales mínimas en virtud de la taxonomía ambiental. Estas normas estarán estrechamente vinculadas y se prevé que tengan muchos principios alineados. Si bien está previsto que la mayoría de estas normas entren en vigor en los próximos años, las salvaguardias sociales mínimas de la taxonomía de la UE ya están en vigor, y las empresas informarán sobre la taxonomía ambiental a partir de este año.
Si busca más información sobre los requisitos actuales de presentación de informes y las garantías sociales mínimas, y cómo podrían aplicarse a su empresa, no dude en ponerse en contacto con nosotros. Nuestros expertos están completamente al día con los requisitos más recientes y las mejores prácticas en lo que respecta a la elaboración de informes y evaluaciones en materia de ESG, ¡y siempre estarán encantados de hablar sobre ellos!
El informe completo sobre la taxonomía social se puede encontrar aquí.
La taxonomía social es una propuesta de reglamento de la UE que tendría como objetivo establecer una lista de actividades socialmente sostenibles con una estructura similar al actual entorno legislativo de la UE sobre finanzas sostenibles y gobernanza sostenible.
La estructura propuesta de la taxonomía social abarca tres objetivos, cada uno de los cuales se dirige a un grupo diferente de partes interesadas:
- trabajo decente (incluso para los trabajadores de la cadena de valor);
- niveles de vida y bienestar adecuados para los usuarios finales;
- comunidades y sociedades inclusivas y sostenibles.
El objetivo social de la UE es ofrecer a sus ciudadanos: libertad, seguridad y justicia, sin fronteras interiores y, al mismo tiempo, controlar las fronteras exteriores. Establecer una unión económica, con el euro como moneda.